RETEK es consciente de que el paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas hacen mella en las fachadas de los edificios, con la aparición de distintas patologías como fisuras, grietas o humedades que perturban el correcto estado de la parte más visual del inmueble y generan problemas en el interior de las viviendas.
No obstante, esas perturbaciones no solo inciden en la apariencia visual sino en la eficiencia medioambiental y, directamente en los consumidores, en una factura más alta a final de mes en términos de consumo energético.
Lo primero que se debe tener claro antes de acometer esta tarea es el nivel de intervención que se debe realizar, de la mano de un profesional, arquitecto o arquitecto técnico, que estime cuáles son las obras necesarias para mantener en buen estado la parte exterior del edificio.
En base a ello, se procederá a solicitar las licencias necesarias para llevar a cabo esta reforma, que dependiendo de su magnitud constará de un mayor o menor volumen burocrático; es decir, no requerirá el mismo trámite ni el mismo número de técnicos una simple mano de pintura que una rehabilitación integral.
La rehabilitación integral de una fachada tiene distintas técnicas, los tradicionales; tales como los enfoscados de cemento, monocapa, pintura o los Sistemas de Aislamiento: Fachadas Ventiladas y SATE (Sistema de Aislamiento Térmico Exterior), que es un aislante térmico completo que se cubre con mortero acrílico impermeable para una mayor transpiración del vapor de agua, logrando así una gran resistencia a la humedad.
El principal objetivo de este sistema es el aislamiento térmico y acústico, incidiendo de manera notable en el ahorro energético
Las placas de aislamiento, la perfilería, capa base, malla de refuerzo de fibra de vidrio y una terminación con mortero o cerámica son los componentes de esta metodología, instalados en este orden en la cara exterior del edificio.
El principal objetivo de este sistema es el aislamiento térmico y acústico, la protección total ante el frío y el calor, incidiendo en un ahorro energético: en la época de frío, el calor interior no se filtra hacia afuera, y en los periodos más cálidos, esta técnica ayuda a atenuar la entrada de calor a los hogares, evitando así el uso de aparatos de aire acondicionado que disparan los costes energéticos.
Entre las otras ventajas del SATE, destacan el ahorro de espacio interior, la mejora de la estética, un aislamiento acústico, la impermeabilidad total y, sobre todo, el cuidado del medioambiente.
Una simple rehabilitación de la fachada mediante el sistema SATE puede suponer una notable rebaja en la factura energética de los usuarios.